26/2/14

¿¿¿Nacer de nuevo???

Hola a tod@s!!
El otro día os comenté que había asistido a una charla que organizó el hospital donde me operé en la que había gente operada y por operar para poner en común nuestras experiencias y sus dudas y miedos. Pues bien, ahí algunas personas operadas comentaron que habían nacido de nuevo o que su madre decía que le habían cambiado la hija. A mi esas declaraciones me dan grima. Me explico.
¿¿¿Nacer de nuevo??? Parece como si antes de la operación no existiéramos y responsabilizásemos nuestra obesidad de los problemas y fracasos que sufrimos en nuestras relaciones sociales o en la vida laboral... y que esperásemos que la operación obrara el milagro y que luego todo van a ser éxitos... ¿Eso es realmente así???? A mi me da que no. Ni tanto ni tan poco.
Yo creo que, más bien, el problema es la falta de autoestima. Si no nos queremos y no nos aceptamos nosotros mismos, ¿quién nos va a querer? ¿quién nos querrá contratar? Creo que sería interesante reflexionar sobre eso y empezar a ponerle remedio.
Aunque seamos obesos, somos personas y como tales tenemos que respetarnos, querernos y ayudarnos a nosotros mismos cuidándonos todo lo que podamos, estudiando y preparándonos para tener más oportunidades laborales. No se vale la excusa de que porque somos obesos no nos contratan. No. Es nuestra manera de enfrentarnos a las situaciones lo que hará que tengamos éxito o no. Es verdad que una buena presencia siempre ayuda, pero no es solamente eso. Al menos una persona obesa puede dejar de serlo pero una persona fea... lo tiene más difícil.
A mi me parece que se puede ser obeso y a la vez optimista, asertivo y con ganas de comerse el mundo. Y si no se es así, autoconvencerse para llegar a serlo. Podemos cambiar la manera de relacionarlos con el mundo si nosotros así lo decidimos. Podemos decidir empezar a ver la botella medio llena en lugar de verla medio vacía. No es fácil ni instantáneo pero sí se puede. ¿Adónde nos lleva ser pesimistas, pensar que todo nos va a salir mal? Pues a que realmente nos salga mal. No tenemos nada que perder y sí mucho que ganar si intentamos autoconvencernos que podemos cambiar y podemos aumentar nuestra autoestima. Es una arma muy poderosa que nos va a ayudar en todo lo que queramos obtener.
Y si luego tenemos la suerte de podernos operar y dejar de ser obesos, todo eso que hemos ganado.

Bueno, todo ello lo comento porque yo no creo que haya nacido de nuevo ni que me hayan cambiado ni mucho menos. Soy la misma de siempre, con el mismo carácter, los mismos defectos y las mismas virtudes. Algo más mona, sí, seguramente, y eso hace que me sienta mejor, claro, pero no implica que antes me sintiera mal. Me sentía mal por los problemas de salud, pero nunca he estado acomplejada por mi físico. Cada uno es como es y todos tenemos algo bonito, unos más a la vista, otros más en el fondo. Y si alguien no quiere buscar más allá de la primera impresión, no es alguien que me importe. Quizás sea demasiado superficial para mi...

No he nacido de nuevo porque ya tenía una vida, una buena pareja, amigos y un buen trabajo en dónde jamás me he sentido menospreciada ni arrinconada por mi físico. Sí que me he sentido valorada por mi actitud y mis aptitudes laborales. Es por ello que digo que lo importante es que nos preparemos y pongamos todo de nuestra parte y que no pongamos de excusa la obesidad para recluirnos y pensar que no nos contratan o que no nos quieren solamente porque no tenemos un cuerpo 10.

Bueno. Perdonarme si he ofendido a alguien con mi perorata pero como se dice "alguien tenía que decirlo".
Un abrazo


21/2/14

Siete meses

Hola a tod@s,
El otro día hizo siete meses de la operación y la verdad es que aunque la tengo siempre presente por todo lo que comporta de cambio de hábitos, ya casi ni me acuerdo de las primeras semanas de operada y lo difícil que resultan esos primeros días. Lo digo porque el otro día estuve en una charla en que había gente operada y sin operar y salió el tema del miedo a la intervención. Pues no, no se debe tener porque los beneficios son mucho mayores que los sacrificios que en un principio pueda suponer.

Tengo presente la operación por diversos motivos:
-- Porque desde antes de la operación me pongo crema cada día por la mañana y, a veces, también por la noche.
-- Por los medicamentos que debo tomar. Ahora ya solamente tomo el suplemento vitamínico (he dejado de tomar el hierro y la vitamina D). Y también estoy dejando de tomar el medicamento para la hipertensión. Con ello ya habré solucionado los dos temas de salud que fueron determinantes para operarme: la resistencia a la insulina y la hipertensión. ¡¡Fantástico!!
--Porque ahora camino todo lo que puedo. Si es posible ir a pie a algún sitio (por tiempo, porque la distancia no es excesiva, por si no voy muy cargada), pues voy andando. Antes solía coger el autobús para recorrer el tramo de dos o tres paradas de metro, pero ahora lo hago siempre a pie. Tengo que andar una hora al menos cada día y eso es lo que pretendo.
--Porque voy al gimnasio. Me había apuntado en varias ocasiones pero solamente iba dos veces a la semana y a poco a poco lo iba dejando. Ahora intento ir tres días y, la verdad, me lo paso bien. Mi intención es seguir al menos un año más. Esperemos que continue motivada!!
--Por las comidas y los horarios. Ahora controlo las horas en que debo comer. Según mis médicos, siete u ocho veces al día, así que voy controlando si han pasado dos o mas horas para comer. Siempre salgo de casa con algún tentempié (ni que sea yogurt o fruta) y con un botellín de agua. Y en la comida y la cena, como solamente puedo tomar un plato de postre (y no me entra más ni quedo con hambre) priorizo lo que debo comer: primero proteinas, luego verdura y luego hidratos de carbono.
--Por el agua. No se puede beber durante las comidas (eso es lo que me resulta más difícil pero a la larga te acostumbras), así que se tiene que beber entre comidas. Yo, a veces, si tengo mucha sed y es la hora de comer, bebo un sorbito y ala, hasta media hora después de comer, a esperar. A mi a veces me dan gases y es como si la comida se me quedara en el esófago y no sube ni baja (ya me dijeron que es porque tengo que comer más despacio...), pero lo más importante es, en esos casos, evitar beber. Esperas un rato y, generalmente se pasa.
--Por la ropa... Ya no me sirve nada de la ropa que usaba el invierno pasado y eso, la verdad, da mucha alegría y satisfacción. Sale algo carillo tener que renovar el vestuario, pero que bien se queda una cuando entra en una tienda y encuentra ropa bonita y que le queda bien, ¿no?

Como veis, la operación no es solamente una herramienta para ayudarnos a perder esos quilos que nos sobran sinó que también implica un compromiso por nuestra parte para relacionarnos mejor con la comida, sin excesos, haciendo ejercicio y cuidándonos todo lo que podamos. En la charla del otro día decían que la operación supone un 75% del trabajo y que nosotros tenemos que poner el 25% restante, pero a mi esa proporción me parece injusta. Creo que sería mas un 60% / 40%, porque el éxito final de la operación depende de que sigamos los consejos de los médicos en todos los aspectos.

Yo noto que ahora me cuesta mucho mas perder los 7-8 kg que me quedan y que si una semana he ido menos al gimnasio o he tomado algún caprichito, la báscula lo refleja. De hecho he bajado a los 69 pero me ha costado mas de un mes y según el día, vuelven a aparecer los 70 ( y llevo así tres semanas).
En fin, como mínimo, y eso es lo interesante para mi de la operación, el hambre está mucho más controlada y con poco te sacias y eso implica que ingieres menos calorías. ;-))
Un saludo!