30/7/13

¡¡Sin grapas!!

¡¡Hola a tod@s!!
Pues nada, doce días después de la operación, ayer me quitaron las grapas. Me daba algo de miedillo por si me hacían daño (nunca me he roto nada ni me han realizado ninguna sutura, así que no tenía nada de experiencia). La enfermera me mandó acostar en una camilla y con algo parecido a unas alicates, me las fue sacando, clinc, clinc, clinc. No duele, pero sí algo de dolorcillo hay, sobretodo porque tantas seguidas... Luego me puso las tiritas aquellas que son como puntos de sutura y me dijo que me podía duchar con ellas pero que procurara que me duraran una semana. Si se me caen antes, me dijo que tampoco no pasaba nada.

El cirujano, el Dr. Foncillas, pasó un momento y me dijo que las heriditas estaban muy bien y me comentó que a partir de ahora hasta la visita con la nutrióloga el 13 de agosto, en lugar de consumir zumos industriales, que me los haga con la licuadora y que me beba también el poso, que es fibra y ayudará a estimular los intestinos. Me dijo que el secreto es ir muy lentamente en el proceso. ¡Y tan lentamente! Leo que mucha gente, al cabo de unos días ya hace dieta de purés o que al cabo de dos o tres semanas empieza con los triturados y yo tengo para un mes entero. ¡Suerte que la dieta líquida no me cuesta nada!

Sin las grapas noto que estoy mucho mejor, que puedo moverme más e incluso ayer dormí de lado (a ratos). Aún no quiero forzar las heridas ni que se me abran, así que, como de espaldas también duermo bien, no lo voy a forzar.

Bueno, como os comenté el otro día, ayer era la prueba para ver como me iba en el transporte público y saber si el jueves voy a estar lista para volver a trabajar, y tengo que deciros que la prueba fue todo un éxito. Para ir al hospital fuimos en autobús, el mismo que cojo para ir a trabajar, y aunque noté un poco los socavones del asfalto, no tuve molestias ni nada. Luego fuimos caminando como 15 minutos hasta la consulta y al salir, nos acercamos al súper a comprar algunas cosillas (lo cargó Gabriel). Luego 10 minutos más hasta el metro y también muy bien. (Tanto en el autobús como en el metro fui sentada). Al salir del metro, caminamos otros 10 minutos hasta casa. Llegué muy bien aunque algo flojita porque había tenido que variar un poco mi rutina de líquidos (aunque tuve la precaución de llevarme agua y cacaolat para el camino...).

Además, por la tarde volví a salir, esta vez sola, para ir al CAP a buscar la confirmación de la baja. También muy bien. Más o menos, en todo el día, caminé como una hora, cosa que me alegra mucho porque veo que ya puedo a hacer vida más o menos normal.

Sobre el peso, esta mañana me he pesado y ahora estoy en 82.5, Así que desde que me operé he perdido 6 quilos. Para mi, perfecto. Ahora me quedan 30...

No quiero acabar el post sin dedicar un saludo muy especial a Isa, que hoy la operan para ponerle el neuroestimulador definitivo. Muchísima suerte.

Un beso a tod@s los que pasáis por aquí.

27/7/13

Diez días de la operación

¡Buenos y cálidos días!
Pues como quien no quiere la cosa, ya hace diez días de la operación. :-))
Como he comentado en posts anteriores, la única molestia que tengo son las grapas, ya que ahora que las heridas se van secando, me tiran un poco. Por lo demás, todo bastante bien. Intento explicarme un poco más:

Sigo sin agacharme ni coger peso y noto que me molesta si me inclino un poco para adelante (al hacer la cama, por ejemplo) pero no deja de ser una simple molestia momentánea. Aunque me parece que sin la faja sería peor.

Con la faja tengo calor, aunque menos de lo que me imaginaba y hace que me aprietan más las grapas, pero creo que los beneficios son mayores. (Parece que tenga comisión con las ortopedias, ja, ja!)

Con la bebida no he tenido ningún problema, aunque tengo que confesar que, aparte del agua natural, lo que me cae menos bien es la horchata. Me cae un poco pesada, como si me llenara del todo, pero no molesta ni me provoca sensación de náuseas, así que, si me apetece, la tomo.

A veces, al tomar un sorbo un poco más largo de cualquier bebida (por suerte, siempre he sido de sorbitos), tengo la sensación de tener peta-zetas en la garganta. Es como un efecto de burbujeo pero nada molesto, más bien divertido. Supongo que aún debo tener algo de gases, pero no me molestan para nada.

Sobre los batidos, muy bien. Lo único, que ensucian la lengua y tengo que correr a limpiarme los dientes después de beberlo. Solamente tomo tres medios (me tocarían cuatro), pero como estos días no he salido de casa (aunque sí me he movido), tampoco no noto que esté floja ni nada. Cuando el lunes vaya al hospital en transporte público, pondré a prueba mi resistencia (y más en verano!).

De hambre no tengo, aunque sí noto que los intestinos cantan de vez en cuando, pero no es algo molesto. Tampoco no tengo nada de ansiedad (este, por suerte, nunca ha sido mi problema), y puedo ver comida sin tentarme. Incluso preparo la comida de Gabriel sin problema.

Estas son las medidas de mis chutes. Los dos vasos contienen la misma cantidad, para que os hagáis una idea de lo que me tomo cada vez. Estas tomas puedo repetirlas las veces que quiera siempre que respete los intervalos para beber agua y sin beber nada antes de volver a hacer alguna toma. Hoy, por ejemplo, que estoy prerreglosa y entonces tengo más hambre, ya voy por el décimo vaso (lo normal son nueve o diez al día).
 Ya me he empezado a poner cremas (había empezado meses antes con la Nivea reafirmante, pero ayer empecé con las cremas que me había comprado por adelantado y que son específicamente reafirmantes. De momento solamente me pongo en la parte baja de la barriga (donde no hay heridas) y en los brazos. En los muslos, que sería la otra zona "caliente", voy a esperar a que me quiten las grapas porque ahora entre éstas y la faja, el movimiento es algo dificultoso... Tampoco me pongo aún en la zona de las heridas. Cuando me quiten las grapas, ya me pondré la rosa mosqueta y la crema.
Bueno, hasta otro día.
Un beso

25/7/13

Una semanita después de la operación

Hola a tod@s,
Ayer hizo 7 días de la operación de manga gástrica y la verdad de momento todo va como una seda.  De momento no he tenido ningún mareo ni flojedad. De hecho, hago las tareas de la casa más básicas (la colada, poner el lavavajillas, hacer la comida para Gabriel --platos sencillitos, eh?-- y poca cosa más. Vigilo mucho de no agacharme, porque entonces, duele. (Me he agenciado unas pinzas de barbacoa para ir recogiendo la cantidad de cosas que se me caen al suelo después de la operación y no tener que molestar a Gabriel a cada rato. Parece ser que el grado de patosidad se me ha agudizado estos días!!!)

También salgo a hacer algunos recados (farmacia, supermercado --pero sin cargar peso--) de manera que ando un ratito cada día. Voy despacio, noto que no puedo ir al mismo ritmo que antes, pero resisto un buen rato. Diria que es porque me bebo un botellín y medio de Vegestart cada día. En principio tendría que tomar dos (medio en cada toma, porque a mi sí me marcaron el tope de cada toma: de 80 a 100 ml cada vez), pero es que si no, no tengo tiempo de tomarme todo el resto de bebida que me apetece. Hoy he comprado Cola-cao para mezclarlo con el Vegestart de vainilla que es el que me compré. Así obtengo tres gustos diferentes: café, capuchino y, ahora, también chocolate. Solo está francamente malo, pero con estas mezclas pasan muy bien. Mejor que me gusten puesto que tengo que estar un mes entero a líquidos y luego dos meses con triturados.

El tema ir de vientre va mucho menos que antes, pero va. Y por las noches duermo de una tirada (como antes de la operación).

En cuanto al dolor, solamente noto el tema de las grapas, que me tiran. Sobretodo al levantarme de la cama. Supongo que porque se van secando. El lunes tengo hora con la cirujana para que me las quite. En total llevo 19. No tengo dolor en ningún costado aunque duermo de espalda porque de lado me tira y creo que no me conviene. Además, como ya he comentado en otros posts, no me separo de la faja ortopédica. Sin ella me parece que las sensaciones serían bastante peores. Por la noche me la dejo más holgada y cuando me levanto por la mañana noto la diferencia. Mucho mejor con la faja apretada. Solamente tomé un Nolotil los dos primeros días que estaba en casa pero eran por el tema de la contractura. Ahora, tras la operación, no puedo tomar antiinflamatorios que es lo que tomaba antes cuando me daba la lata esta contractura o las cervicales.

En cuanto al peso, en el hospital perdí 3,5 kg. Contando desde mi peso máximo en septiembre pasado, cuando inicié el proceso y los "buenos hábitos" en la comida como me indicaron en el otro hospital, pues he perdido un total de 19 kg (en 10 meses). Ahora peso 84,5 y mi peso ideal sería llegar a 52,5 (pero con 60 ya estaría contenta). Esto significa que me sobran 32 quilos, que me gustaría perder de manera gradual para minimizar en lo posible los colgajos. También he bajado bastante de volumen y ya hace meses que la ropa del año pasado me viene muy holgada (pero me he resistido a comprar nada para usarlo solamente un par de meses).

Por el resto, sigo mi rutina diaria:
-Café, omeprazol y pastilla para la tensión al levantarme (bueno, al cabo de un ratito porque lo primerisimo es beber agua).
-Ducha en que me quito los apósitos, me lavo las heridas con un jabón de esos delicados y después de la ducha, topionic, gasa y esparadrapo o fixomull. Agua, agua, agua y el complejo vitamínico y minerales que toca.
-Medio botellín de Vegestart de café mientras estoy con el ordenador.
-Agua, agua, agua. Tareas marujiles.
-Zumo de naranja natural y al cabo de un rato, el vial de hierro, que tiene gusto a mora.
-Salidita para hacer recados y pasear. Pastilla masticable de vitamida C.
-Medio botellín de Vegestart de chocolate al llegar a casa.
-Preparar la comida de Gabriel. Agua, agua, agua (ya no tocan más medicinas hasta la noche)
-Caldo (me sabe a gloria: es lo único salado y caliente que tomo).
-Agua, agua, agua con tele u ordenador o lectura
-Medio botellín de Vegestart de capuchino
-Zumo de melocotón, manzana o de otra fruta.(Me da la impresión que el de manzana me sirve de laxante...)
-Horchata o cacaolat. Y preparación para la inyección de heparina... y ¡a dormir!

Si tengo más hambre, hago tomas suplementarias, pero sobretodo me recalcaron que no podía exceder los 100 ml. Supongo que así no fuerzo el estómago, no se llena y así los médicos se aseguran de que no me provoque vómitos.

Bueno, ya os iré informando de los avances.
Un beso

24/7/13

Mi experiencia en el hospital en general y estado posterior

Bueno, quería hacer esta entrada para comentar algunas cosas que se repiten en muchos blogs y que yo no he experimentado y también otras de las que no me he librado. Hago una lista y así queda más claro.

Cosas que no experimenté:

-Ejercicios de respiración con bolitas. A mi no me dieron el aparatito ni tuve que soplar en ningún momento. También es cierto que no tuve nunca sensación de ahogo ni de mucosidad y que no me costó para nada respirar después de la operación, ni tan siquiera tras retirarme el oxígeno el viernes.

-Medias antitrombos. Tampoco me las pusieron. Eran como la cinta hinchable que se usa para medir la presión pero iban tres juntas para cubrir del tobillo a la rodilla. Estas cintas, como he comentado en un post anterior, se hinchaban y de deshinchaban y las llevé mientras estuve en la UCI (supongo que me las pusieron antes de la operación, pero ya estaba anestesiada y no me enteré.

-Dolor por el gas. Nada de nada. No noté nada. Sí algún erupto que otro, pero sin dolor. Quizás los eliminé fácilmente, pero por este tema no me puedo quejar.

Cosas de las que no me libré:

-Estancia de más de 24 horas en la UCI. No he visto que nadie comentara que estuviera tanto tiempo ahí. Sé que es el protocolo de este hospital, cosa que, en mi caso, ahora valoro. En su momento, no.

-Drenaje. No me libré del drenaje, no. Me lo pusieron en el corte de más a la izquierda, con solamente dos grapas y el resto, sin grapar para ir sacando residuos e impurezas. La verdad es que aunque es algo aparatoso no me molestó para nada y solamente me dí cuenta de que lo llevaba cuando me subieron a la habitación. Tampoco me hizo daño al retirármelo.

-Sonda nasogástrica. Lo peor de lo peor. Pero no porque me rozara o me molestara por dentro. Sinó porque tener algo pinzado en la nariz no te deja respirar del todo bien, no puedes mover la cabeza con libertad y, que además, de vez en cuando salían impurezas. Me explicaron que la utilidad de la sonda, entre otras cosas, es para desviar los jugos gástricos, que no fueran al estómago de manera que ayudaran a su pronta cicatrización. No sé, no lo había leído en ningún sitio. Si alguien puede confirmar o refutar esta teoría, me gustaría que lo comentara. Ah, por cierto, que me la pusieron cuando estaba anestesiada, así que no tuve que soportar el momento de la introducción que me parece muy fuerte.

-Más de 80 horas sin beber. En concreto 83. Des de las 8 de la tarde del martes 16, hasta las 7 de la mañana del sábado 20 (cuando me dieron el azul de metileno, puaj!). Esto de no poder beber, solamente poder refrescarme con los palitos de limón y limitados a tres al día fue una buena tortura. Pero entiendo que fue para que los puntos suturaran bien. Y ahora lo estoy agradeciendo.

-Azul de metileno. Tuve que beber ese líquido amargo después de tantas horas anhelando algún líquido... me lo tomé bastante rápido para no notar el mal gusto y la verdad lo toleré bien. Me dejó la lengua azul, teñí la sonda nasogástrica (los residuos que salían también eran azules), y también la orina. Por suerte, no salió nada por el drenaje porque esto significó que el estómago estaba bien sellado y que no había filtraciones.

Estado posterior
Aparte de los elementos de esta lista, quería comentar que, desde la operación, no tengo hambre.
Tengo que mirarme qué hora es para saber que tengo que beber. Sigo escrupulosamente las indicaciones de los médicos referentes a la cantidad a tomar cada vez y, de momento, no he tenido problemas con ninguno de los líquidos que he tomado hasta ahora, excepto con el agua natural (me cae como el plomo, pero nada más).
He tomado agua helada, caldo de ternera, zumo de naranja natural, café, cacaolat, horchata, zumo de melocotón, de manzana, de albaricoque, batido Vegestart de vainilla mezclado con café soluble, el mismo batido mezclado con unos polvos de capuchino (han sido un gran descubrimiento y, como no, del Mercadona, Os dejo una foto):



No he tenido ningún mareo ni vómito ni nada por el estilo. El único malestar es que a veces me tiran las grapas, pero por lo demás, perfecta, así aunque creo que el principio del post-operatorio fue muy duro si lo comparo con el proceso de otras personas operadas, ha valido la pena por el immejorable post-operatorio que tengo, como mínimo hasta ahora. Espero que siga así...

Martes, 23 de julio de 2013, un día completo en casa

Hoy ha sido el primer día que me he despertado en casa desde la operación. Me he levantado a las 7 aunque estaba despierta desde las 5 por la contractura. Y lo primero que he hecho ha sido un café. Un café, hummmm, qué ganitas! Un café americano en vaso de café cortado, pero que me ha sabido a gloria.

Lo malo es tener que dejar algo de tiempo entre esta toma y el agua, porque para mi el café y el agua tienen que ir juntos... En fin, al menos puedo tomarlo y además, me ha sentado fantástico. Con el agua, he tomado el omeprazol y la pastilla de la tensión, que aún no me puedo quitar.

Luego la ducha. ¡Qué ducha más larga!, pero es que lo necesitaba después de tantos días. Me he lavado el pelo y me he puesto mascarilla y me he ido quitando los apósitos muy despacito para evitar tirones. Y me he visto los cinco cortes con sus respectivas grapas... tengo uno más arriba, casi en el canalillo y los otros cuatro siguiendo una linea horizontal, algunos centímetros por encima del ombligo. Son de medida desigual y en una hay tres grapas, en la del drenaje, dos, en otras dos hay cuatro y en la más larga, seis.
Os pongo una foto. Si sóis aprensiv@s, mirar a otro lado...


Luego me las he curado: me he puesto topionic (yodo), una gasa i el fixomull que recomendó Vallipón y encima la camiseta de algodón y la faja ortopédica. He tardado más de una hora en todo el proceso pero ha valido la pena porque me ha sentado de maravilla.

_____Ahora hago un pequeño inciso:
Sobre el tema de las curas y releyendo algunos blogs, veo que algunas personas llevaban las heridas al aire y sufrieron seromas que tuvieron que cuidarse posteriormente con yodo y gasas. Y pienso, si a mi me mandaron hacer estas curas sin tener seromas, ¿esto no podría servir de prevención para que no salgan? Lo digo porque si a mi me lo mandaron, contraindicado no debe estar y si es lo que se aconseja hacer al tener seromas, seguro que así no aparecen. Bueno, ya os lo iré contando, pero aquí queda la reflexión por si le sirve a alguien.
Fin del inciso ________

He salido a la farmacia a comprar los medicamentos que ayer no encontré y también al súper (pero vigilando mucho de no agacharme ni de cargar peso) y ni me he cansado ni nada. Fresca como una rosa.

Después de leer todos los prospectos de los medicamentos, me he confeccionado un horario para saber cuando tocan las tomas y los medicamentos que tengo que tomar (por ejemplo, el hierro conviene tomarlo al menos dos horas más tarde que el omeprazol y si es cerca del zumo de naranja natural, mejor). Por cierto, hablando del zumo de naranja, la doctora me desaconsejó el industrial porque es demasiado ácido.

Se me ha pasado el día volando (poniendo al día el blog) y al final, la inyección de heparina, que me pongo yo misma (soy la enfermera oficial, aunque amateur, de la familia, así que no es la primera vez que pongo una inyección de heparina. Aunque tengo que reconocer que no es lo mismo ser el pinchador que el pinchado...). Es lo que peor llevo. Más que nada que después de ponerla, hay unos 60 segundos de un fuerte dolor, cuando el líquido se reparte y también que es algo engorroso que necesita su tiempo. En fin, todo sea para evitar males mayores.
Un beso a tod@s

Cosas útiles e inútiles que me llevé al hospital

Bueno, ahora que ya estoy en casa, puedo valorar las cosas que realmente me sirvieron en el hospital y las que no. Ahí van las cosas útiles:

-Crema hidratante de labios. Fue muy útil el consejo que leí en un blog sobre la hidratación de los labios. Yo pensaba, ingenuamente, que al ser verano, no me haría falta, pero me llevé un tarrito de crema de labios  por si acaso. Pues, como estuve tantos días sin beber, tuve los labios casi cortados de secos, así que este ungüento de labios fue superútil.

-Crocs. Me los compré por consejo de algun@s de vosotr@s. Fueron bien útiles porque después de tantos días sin moverme, tenía los pies algo hinchados, y como los Crocs son más anchos que los zapatos normales, me iban mejor que las zapatillas que uso en casa.

-Ambientador eléctrico. Quizás os haya sorprendido que no haya hablado para nada del tema del gas. Es que no tuve ningún dolor asociado a ello o que le pudiera atribuir. Quizás me pusieron poco o los eliminé rápidamente. Pero, en todo caso, los eliminé basicamente por arriba, así que la función principal por la que compré el ambientador, en realidad no se dió, pero ese aroma diferente al de hospital fue valorado tanto por las visitas como por las enfermeras.

-Faja ortopédica, de la que tanto me quejé al principio. Como ya he comentado en las entradas anteriores, ha resultado utilísima. Llevo una camiseta de algodón de tirantes debajo y, encima, la faja, de manera que así la faja no toca la piel y si me cambio la camiseta cada día, la faja se mantiene limpia. Ya sé que a much@s de vosotr@s no os la han pedido pero, de verdad, si tenéis oportunidad, comprad una. Tiene que ser ortopédica y hecha a medida para que se adapte bien a cada cuerpo, pero vale la pena. A mi me costó 110 € pero incluye todos los arreglos posteriores.

-Ropa cómoda para estar en la habitación, puesto que los dos últimos días ya no llevaba la bata de hospital sino mi ropa (al no llevar sueros, no tenía sentido la bata, según me comentaron en el hospital.) Aunque tengo que confesar que llevé mucha más de la que utilicé. Incluso ropa interior.

-Abanico. Aunque tenía aire acondicionado en la habitación, había ratos que pasaba calor, así que el abanico me vino de perlas.

-Foulard de seda para el cuello. Bueno, como sé que el cuello es mi punto débil y si no lo llevo protegido me resfrío fácilmente, siempre tengo uno a mano. En el hospital me fue muy bien porque así pude tener el aire acondicionado toda la noche, estar fresquita y no pillar un resfriado que, después de la operación habría sido muy molesto por los espasmos de la tos, ¿no creéis? Por cierto que en la UCI, las enfermeras tuvieron el detalle de protegerme el cuello con una toalla, aún antes de yo comentarles nada.

-Teléfono móvil. Por supuestísimo. Sobretodo en los primeros días que no podía hablar: enviar y recibir mensajes de apoyo fueron de gran ayuda.

En el apartado de las cosas inútiles que me llevé hay una que destaca por sobre de todas:
-Champú en seco Klorane. Como no me podía duchar, el domingo que tenía visitas, decidí usar este champú que, según el bote, limpia el pelo sin tener que mojarlo. Se vaporiza a 30 cm, se deja actuar algo más de dos minutos y se cepilla. Pues bien, seguí las instrucciones (bueno, quizás la distancia eran 25 o 35 cm, ¡no tenía cinta métrica para medirlo!), pero el resultado fue nefasto, como si me hubiera echado talco en el pelo y luego, aunque lo cepillara, era imposible quitar todo el polvillo ese. Nada, que no me van a tomar el pelo nunca más, nunca mejor dicho. Además que no fue ningún regalo: 9,90 € en la farmacia.


-Pijama. Los primeros días dormía con la bata y sin nada más. Y los últimos con la camiseta de algodón y la faja. Y un pantaloncito corto de deporte, así que los pijamas llegaron y se fueron sin usar. Un peso inútil.

-Toallitas húmedas. Solamente usé un par, así que como me había llevado dos paquetes, me sobraron 48 de 50... Como en el hospital me tenían limpita y fresquita, no sudé y no necesité esta ayuda. Quizás en otro hospital me hubieran sido tremendamente útiles. En fin, yo prefiero prevenir y llevarme de más que de menos.

-Pañuelos de papel... Es que me llevé un pack de 10 paquetes. Decidme exagerada. Pues sí, lo soy. Y por eso, el pack se fue sin abrir (tenía un par más de paquetes en el bolso...).

-Braguitas extragrandes. Bueno, eso no me lo llevé porque no llegué a comprarlas, pero si lo hubiera hecho como se recomendaba en algunos blogs, no las habría necesitado, así que lo añado. Quizás es que, como he dicho, no tuve la sensación de estar demasiado hinchada y, cuando pude ponerme braguitas, las mías me sirvieron.

-Chaqueta de verano. Me la llevé por si tenía frío. Qué ilusa!

-Toallita Decathlon. Me lleve mi toalla mediana de microfibra por si acaso, pero en el hospital había unas buenas toallas y total, cuando pude lavarme (que no ducharme) usé las del hospital.

-Termo con caldo. Sí, es de justicia que añada el termo que hice cargar a Gabriel por si acaso no podía comerme el del hospital y que ni abrí.
 
Bueno, eso es todo en esta lista.
Un saludo a tod@s.

23/7/13

Lunes, 22 de julio de 2013: libre al fin!

Nada, que al final todo llega, y el lunes también. Lo que otra semana sería un palo, esta fue una bendición. Como ya sabía que me darían el alta, cuando a las 7 me llevaron el primer zumo, me levanté enseguida. Hice la maleta y me lavé (aún no podía ducharme, solamente con las esponjas finas esas que al mojarse son jabonosas), y también me lavé el pelo en el lavabo. Arreglé la habitación y a esperar a la Dra. Roca para que me diera las indicaciones a seguir en casa en cuanto a medicación y a alimentación y que me diera el alta.

Mientras tanto, aproveché para escribir todas las consultas que le quería hacer para no dejarme nada, pero me dejé la más importante: si me habían arreglado la hernia de hiato incipiente que me encontraron en el preoperatorio. Ya se lo preguntaré en la revisión.

Sobre la alimentación, las indicaciones fueron que tomara entre 9 y 10 tomas de 80-100 ml al día. Si tengo hambre, puedo añadir tomas, pero no la cantidad de cada toma. Y entre tomas, el agua. He descubierto, como alguien también comentó en los blogs, que fría me entra muchísimo mejor.
Le pregunté si, como no me gusta la leche, podía beber Cacaolat (batido de cacao), pensando que me diría que no y su respuesta fue que sí, y que incluso podía tomar horchata!!
No puedo tomar, aún, yogur líquido porque la textura es demasiado espesa, pero por lo demás, cualquier líquido, incluso café, mi añorado café (bueno, tipo americano, pero algo es algo).
Sobre el caldo, pensaba que tendría que hacerlo solamente de verduras pero no, me dijo que el mío, que lleva ternera, también servía. Todo buenas noticias, pues.

En cuanto a la medicación, además del omeprazol y la pastilla para la tensión que ya tomaba, me mandó una lista larguísima para tomar:
-la heparina (bueno, en realidad el principio activo de la medicina que me indicaron es bemiparina sódica, pero también se inyecta y sirve para evitar coágulos).
-hierro bebible (no está mal de gusto).
-unos comprimidos masticables de vitamina C con sabor a naranja (tampoco están mal)
-un complejo vitamínico que aún no he comenzado a tomar.
-y una inyección intramuscular una vez al mes.

Me dijo que, después, vendría la enfermera para quitarme el drenaje y los apósitos y que en casa ya me podría bañar. Que luego tenía que curar las heridas con topionic, una gasa y esparadrapo.

Cuando vino la enfermera y me hizo tender en la cama, esperé algún tipo de dolor pero en eso también tuve suerte porque el drenaje salió sin ningún problema y sin ningún dolor. Y tras eso, ya nos pudimos ir para casa. Me despedí de todo el personal que vi y para casita: eso sí, noté todos los baches del asfalto, paradas y avances del coche.

A la tarde, como teníamos que recoger la confirmación de baja del CAP, acompañé a Gabriel para así pasear un ratillo. También fuimos a la farmacia y al súper a repostar líquidos. Más o menos andamos una horita, a paso lento y con algunas paraditas, pero para ser el día que me habían dado de alta, me pareció muy bien.

Por la noche estaba muerta, así que me tomé un Nolotil y a dormir. A empezar una nueva vida!

Domingo, 21 de julio de 2013: En la gloria...

Pues sí. En mis cábalas yo pensaba que el sábado ya tendría el alta y para casa pero ahora entiendo que, tal y como estaba, no podía salir para nada.

El domingo a las 7 me llevaron una gran noticia en forma de zumo de melocotón: pero ¡qué bueno! Y que bién me sentó!! Me llevaron también una jeringuilla de alimentación para que midiera la cantidad: 80 ml de zumo (me lo hubiera bebido todo!!). Lo malo es que no entendí las instrucciones de cómo tomarlo. Me dijeron "80 ml ahora y 80 más a las 11." Pero yo, no sé cómo, entendí que los 80 ml me tenían que durar hasta las 11, e iba haciendo sorbitos diminutos para que me durara. Total que a las 11 me llevaron otro zumo y se extrañaron que aún estuviera con el primero. Pues claro (¡y lo que me había costado a mi hacerlo durar tanto con lo rico que estaba y lo bien que lo toleraba!).

En este segundo intento lo comprendí a la perfección: tomas de 80 ml cada 4 horas (¡menos que un bebé de seis meses como mi sobrinilla!).

Al cabo de un rato volvía a tener dolor de cabeza, entonces la enfermera, muy eficiente ella, me preguntó que marca de parches para la tensión me ponía en casa y le dije que solamente tomaba las pastillas así que, sin pensárselo, me lo quitó: me dijo que uno de los efectos secundarios de esa marca en concreto era provocar migrañas y dolor de cabeza a la gente propensa como yo. Y al poco de quitarme el parche, mejoré notablemente.

Como ya tomaba zumos, me quitaron la vía de los sueros. Ya podía ir libremente a cualquier sitio porque no llevaba cables colgando, solamente me dejaron la vía para poner los analgésicos.

En la toma de las 3 me llevaron caldo (como pensaba que sería aquello de color blanco y nauseabundo, al menos para mi --con la comida soy bastante maniática, lo reconozco--, que suelen dar en los hospitales, le pedí a Gabriel que me llevara un termo con caldo que había preparado días antes de la intervención. Mi sorpresa fue que el caldo del hospital era amarillento (díria que hecho solamente con apio y agua) y con un sobrecito de sal. Lo probé y aunque no hubiera ganado un concurso gourmet, no estaba del todo mal, así que me lo tomé.

A esa toma añadieron unos polvos que eran proteínas. Malto, ponía el papel, que se tenían que diluir en agua o en el caldo o zumo. Lo probé con el agua y como estaba dulzón, me lo tomé, a pesar del agua...

Al mediodía había pasado la Dra. Blasco, la que había conocido en la antesala del quirófano sin saber que era una de las cirujanas. Me explicó que me darían el alta al día siguiente y que todo iba según lo previsto y mandó que me quitaran también la vía de los analgésicos, a partir de ese momento, los analgésicos serían orales.

Estas noticias junto a las visitas que tuve esa tarde me pusieron de un humor excelente. Ya no tocaba el timbre para pedir nada sino que iba directamente a recepción y las enfermeras me comentaban el cambio de humor que había experimentado. ¡Claro, aquello sí que era vida!

Sábado, 20 de julio de 2013: sonda nasogástrica fuera!

Después de tres días y medio sin beber (contando las 12 del día previo a la operación) a las 7 de la mañana me despertó un auxiliar con el prometido azul de metileno: un vasito con un líquido azul, claro, y con pajita también azul. Lo primero que bebía después de tantas horas y era amargooooo! Pero me lo bebí todo seguido para no pensar ni degustarlo.

La prueba consistía en que tenía que expulsar ese líquido a través de la orina, sin que nada se filtrara por el drenaje (como veis, no me evitaron ninguna de las incomodidades, pero, como también he dicho antes, me parece que esto ayudó muchísimo a que ahora esté recuperadísima).

Como al poco la orina se empezó a teñir de azul, bueno, por la combinación de colores, era más bien verde... a media mañana llegó lo esperado: me quitaron la sonda nasogástrica. La verdad es que era molesta porque tener un cable colgando de la nariz, molestaba (y por lo que comportaba de tapar media nariz y de no poder beber), pero temía la hora de quitármela por el daño que me pudiera ocasionar. Pero qué va, me la sacaron y tuve la sensación de que el tubo era todo exterior. No noté en ningún momento el tubito llegando al estómago ni, a la hora de sacarlo, como pasaba por las vías. ¡Qué suerte tuve y yo sin apreciarlo!

A partir de ese momento me empezaron a traer botellines de agua. Y con las ganas que le tenía y me cayó fatal!! Era como si me tragara plomo. Cada sorbo, un plomo. Claro que era agua a temperatura ambiente...

Pero al menos recuperé la voz, la irritación de garganta bajó algo y subió mi estado de ánimo. Pero no todo podía ser bueno: mi amiga migraña quiso apuntarse a la fiesta, así que estuve desde media mañana hasta las primeras horas de la tarde echada. Me dieron Nolotil y al cabo de unas horas hizo efecto así que "dí vacaciones" a Gabriel para que esa noche durmiera en casa y pudiera descansar, que pobrecito, estaba agotado. Me ví capaz de dormir sola ya que podía moverme por mi misma, solamente tenía que empujar el palo de los sueros y medicamentos.

No os he comentado aún el tema de la faja ortopédica: ¡mano de santo! Desde esa mañana, me ciñeron la faja y la verdad que fuí comodísima con ella. Me pude levantar y ya, sin la sonda y sin migraña, me ví dos capítulos de Juego de tronos y leí cerca de 100 páginas del libro que me había llevado y que, aún, no había tocado. El tema serie, lo había empezado el viernes, pero solamente aguanté diez minutos: mirar entre tubos es bastante incómodo...

Digo lo de mano de santo porque para dormir tenía que llevarla más holgada, pero como me rozaba con el velcro (al no estar tan sujeta) me la quité. Y noté el cambio las veces que me levanté para ir al lavabo: con la faja, el abdomen está más recogido y sujeto, en cambio sin ella, me tiraban las heriditas (o esa era la sensación), como si todo me pesara más.

La lectura del libro tuvo sus consecuencias, porque estaba tan concentrada leyendo que no me dí cuenta que tenía la mesita auxiliar (dónde tenía el libro) muy alta y, como tenía el brazo izquierdo encima, estuve forzando toda la tarde la clavícula izquierda (tengo una contractura crónica ahí, por un accidente de coche que tuve a los 19 años). Total, que a partir de entonces el único dolor que existió fue el de la contractura. Casi no pegué ojo. Nunca me había dolido tanto, uff! Y ¡qué tonta de no darme cuenta! En fin, gajes del oficio de enferma...


Viernes, 19 de julio de 2013: viernes de dolor

Y llegamos a viernes. La verdad es que en la habitación pude dormir mucho más, aunque pasaran la ronda cada pocas horas para cambiarme los sueros y calmantes, tomarme la presión y la temperatura, y hacerme poner bajo la lengua una pastilla para la tensión que casi me deshace el paladar.

Por la tarde me quitaron la sonda de vejiga así que, si tenía ganar de orinar, tenía que pedir la cuña. También me quitaron el oxígeno, pero no noté que me faltara el aire ni nada. Fue un cambio sin trauma.

Unos amigos querían pasarse a visitarme, pero ya por mensajito les dije que mejor no. No podía hablar y no estaba para recibir a nadie.

Pasó la Dra. Roca y me dijo que al día siguiente, si pasaba la prueba del azul de metileno, me quitaban la sonda y podría empezar a beber. Intenté dormir todo el tiempo que pude para no pensar en nada y que el tiempo pasara más veloz.

Jueves, 18 de julio de 2013: el día después

Después de pasar una mala noche con la garganta sequísima e irritada, sin pegar ojo por los ruidos, los pitidos de las máquinas (la mía incluída) y por no poder moverme, pasó el Dr. Foncillas para ver como iba (dijo que tenía el abdomen blando y que eso era buena señal).

Hacia la 1 llegó Gabriel y nos dijeron que pronto me pasarían a planta, que estaban esperando una habitación libre (¿Cómo? ¿No estaba previsto que hoy nos daban habitación? Ahí sí me puse como una moto porque yo pensaba que al llegar a la habitación ya podría beber y me quitarían la sonda. Por eso esperaba con ansia el traslado.

Finalmente nos comentaron que ya teníamos habitación asignada, pero que estábamos a la espera de un camillero. Total que con todo eso, en lugar de subir hacia las 12 de la mañana, que serían las 24 horas, subimos que ya eran las 15.

La habitación con una cama y sofá para el acompañante, era preciosa (también remodelada), pero yo sin beber y con sonda nasogástrica... (Ah, me olvidé de decir que, por supuesto, llevaba también una sonda de vejiga para la orina, pero esa no me molestaba y era bien cómoda, la verdad.)

Como tenía la boca irritada y sequísima evitaba hablar nada más allá de lo necesario para que me entendieran, tanto mi compañero como las enfermeras y los auxiliares, que fueron muy amables y atentos en todo momento. Me atendieron, me lavaron e hicieron todo lo posible para que estuviera cómoda pero ¡qué día más largo!

Miércoles, 17 de julio de 2013: día de la operación

Bueno pués empiezo mi relato de mi experiencia en el hospital Sagrat Cor de Barcelona (por cierto, con un personal magnífico, agradable, entregado y muy, muy eficiente y atento).

Llegamos antes de la hora prevista al hospital y tuvimos que esperar un rato para la reserva de sangre (abrían a las 7 pero nosotros ya estábamos allí a las 6.45). Me pincharon y me mandaron para la 1a planta dónde, teóricamente, nos iban a dar la habitación.

Hacia las 8 me llamaron por el altavoz y me instalaron en un box. Me comentaron que no tendría habitación hasta el día siguiente puesto que iba a estar 24 horas en la UCI (eso no me lo comentaron cuando me llamaron por teléfono. Es el único punto negativo --con la boca pequeña-- que les doy.)
Me dieron una bata y unas braguitas de papel y me dijeron que tanto la ropa como los zapatos los guardara en la maleta puesto que no los usaría en días. Menos mal que mi compañero pudo dejar la maleta en la consigna de admisiones, porque la verdad, para mi fue un rollo no poder deshacer el equipaje y tener las cosas en su sitio antes de la operación.

Del box me llevaron a un distribuidor dónde iban "aparcando" los pacientes que se tenían que operar. Muchos ya llevaban vía y calmantes pero yo, nada. No me dieron ningún tranquilizante ni nada (la verdad, tampoco lo necesitaba). Me pusieron un gorrito y hacia las 8.30, me pasaron al quirófano 6. En la antesala del quirófano, la anestesista comprobó que era yo (me hizo repetir los datos que tenía en la pulsera) y me intentó poner una vía en el brazo izquierdo (me dijo que les convenía ahí, por la configuración del quirófano.) Yo les dije que ahí no iban a poder. Total, después de tres intentos vanos, me la puso a la primera, en el derecho, así que tuvieron que poner un alargo, para adaptarme a la configuración del quirófano ;-)
El quirófano era muy moderno (este hospital se ha renovado hace pocos años) y me extendieron los dos brazos, sobre unos reposabrazos. Es lo último que recuerdo. No ví a ninguno de los cirujanos. Bueno, a una, pero que antes de la operación, no la conocía, así que no sabía que lo era.

Por lo que me han contado, la operación duró unas dos horas, lo que no sé si al final me arreglaron la hernia de hiato incipiente que tenía o no (no tengo los síntomas, pero en el informe no dice nada...).
El cirujano, el Dr. Foncillas, le dijo a Gabriel, mi pareja, que todo había salido bien (y yo que me alegro, ja, ja) y que estaba en la UCI. Me despertó mi pareja, a eso de la una, que era hora de visita en la UCI.

Estaba en una cama supersónica de aquellas que se mueven continuamente. Notaba que en las piernas llevaba algo que se hinchaba y deshinchaba pero no podía saber qué era (no me dieron las medias de compresión de las que soléis hablar en los blogs).
Llevaba algo conectado en el brazo izquierdo (además de la pinza aquella que mide el oxígeno) y en el derecho la vía con tres botes colgando (sueros y calmantes). Y también llevaba la odiosa sonda nasogástrica. Un cromo, la verdad. Yo no me podía mover (ni ganas) así que no me podía ver las heridas ni nada. Estuve ahí 27 largas, tediosas e interminables horas.

Las enfermeras me atendieron muy bien pero eran muy ruidosas (yo me figuraba que en la UCI reinaba el silencio) pero aquello parecía un mercado (y no por el correr tras un paciente con alguna urgencia, sino porque se explicaban el día a día a grito pelado.) Creo que, entre las visitas de control, la dichosa sonda, el no beber y los gritos, no conseguí dormir más de una hora seguida en todo aquél tiempo. Mi única salvación fueron unos palitos con gusto a limón que me dieron (un paquete de tres al día, porque podían hacer subir la tensión, que yo ya tengo algo alta). Son estos:


Gastrectomía vertical (o manga gástrica, o sleeve gastrectomy)

Hola a tod@s y gracias por estar ahí.
Primera prueba superada: ya estoy en casa después de la operación y la verdad es que tengo un post-operatorio envidiable (¡toquemos madera!) y eso creo que se debe al celo y precaución que tuvieron los médicos en realizar todos los pasos previos.
Bueno, no avanzo acontecimientos y empiezo por el día D, en otra entrada.

17/7/13

Unas horitas de nada

Pues nada, solamente deciros que ya estoy a punto para ir al hospital. Llevo 10 horas sin beber ni comer y lo llevo mejor que ayer (al cabo de una hora ya estaba sedienta y hambrienta... supongo que es aquello de que apetece lo que no puedes tomar.
En fin. Con mucho ánimo y fuerza, me voy a por la manga gástrica.
Un saludo
PD: Espero que la operación de Isa, para ponerle el neuroestimulador, realmente funcione.

16/7/13

A punto

Hola a tod@s!
Parecía que nunca iba a llegar pero como siempre, todo llega y  ya solamente me faltan unas horas para la operación de manga gástrica.

Hoy me han llamado del hospital, el Sagrat Cor de Barcelona, para confirmarme que seré la primera y que debo llegar a las 7.15 de la mañana. Al llegar tengo que ir a que me pinchen para hacer una reserva de sangre, por si tienen que hacerme una transfusión, y luego me llevarán a la habitación. Casi no tendré tiempo porque la operación será sobre las 8.
Tengo que estar 12 horas en ayunas y sin beber :-(( así que ya he empezado la cuenta atrás.

Todo el mundo de mi entorno me pregunta si estoy nerviosa y la verdad es que no, pero me siento como si debiera estarlo y que, como no lo estoy, debo ser una inconsciente... no sé, a mi me parece que es mejor estar tranquila y no gastar energía con los nervios.

Además de la maleta, me llevo un libro bien gordo, Llop entre llops, de Hans Fallada y también las tres temporadas de Juego de tronos cargadas en la tablet, así que si el gas y el estómago me lo permiten, voy a pasar unos días bien entretenidos (más vale ser positiva, no?).
Bueno tan pronto como pueda, escribo para contaros las primeras impresiones con medio estómago de menos.
Un saludo

9/7/13

A una semanita

Hola a tod@s!
Pues aquí estamos con los líquidos saliéndome por las orejas, ja, ja. No, la verdad es que le empiezo a tomar gustillo a eso de alimentarse de líquidos: no pierdes tiempo preparándote la comida, tampoco hace falta dedicar tiempo para comer (ahora tengo jornada intensiva así que bebo mientras trabajo y así a las tres, pues, ala, ya estoy lista para hacer lo que me dé la gana...)
Bueno, hablando de otra cosa: ya tengo la faja ortopédica que tendré que llevar después de la operación. Aquí os dejo un par de fotos. Me dijeron que era útil llevarla para evitar hernias y también para que el estómago esté bien sujete y facilite el repliegue de la piel. Ya veremos si funciona...



Un saludo a tod@s los que os dejáis caer por este blog.

4/7/13

Dieta líquida

Hola!
Hace dos días que estoy a dieta líquida. Bueno, en realidad no lo es todo: puedo tomarme 120 g de pollo, ternera o pescado al día.
La verdad es que se lleva bien. Todo el rato tengo ese runrún en la barriga que te indica que tienes hambre, pero es suavito y se deja llevar. Supongo que porque no sigo al pie de la letra las indicaciones que me dieron. Como ya os comenté, tengo que hacerla 15 días porque es el protocolo de este hospital, pero si en otros sitios no se hace tantos días, y además estoy casi en el límite para que me operen, ¿para qué tenerme medio mareada tanto rato? Con esto quiero decir que al lado de los calditos, el zumo de naranja y las infusiones, también he incorporado el cacaolat (batido de cacao). Como no tomo leche (me repugna), creo que tampoco está mal y me sirve de aliciente...
También he empezado a tomar los batidos (Vegestart) uno al día. He pensado en tí, Vallipón!
Ayer probé el de café y, aunque no me entusiasmó, pensaba que sabría peor. Me lo pude tomar entero (el hambre hace milagros, je, je). Son estos:




Hoy he realizado el experimento que me recomendaron los médicos: mezclar el de vainilla con cacao o con café soluble para obtener los otros sabores.
Para probar, he dividido el batido en dos partes y a una le he añadido un sobrecito de café soluble expresso de Nescafé y al otro una cucharada de cacao en polvo Paladín y la verdad es que han mejorado mucho, sobretodo el de cacao (que debe llevar algo de azúcar...). El de café estaba bueno, pero me faltaba algo de dulzor, así que el próximo día le pondré sacarina para ver si mejora. Como batido de vainilla me ha parecido bastante horroroso, más que nada que tiene ese sabor artificial que no me gusta nada.



En el hospital me dieron la dirección web para comprar los batidos directamente y, la verdad es que son bien caros: una caja de 24 botellines de 200 ml cuestan 70,84 €.... un buen pico!

Otra cosa que ya hace meses que hago es ponerme crema para prevenir en lo posible los pellejos, que me dan pánico! Primero compré una bastante cara pero luego, vi que much@s de vosotr@s recomendábais la de Nivea así que compré esta, que es de Nivea y reafirmante. Me costó 5,99 € y son 400 ml. Muy económica por lo que son estas cremas. Espero que haga efecto!
Hasta otro día!

1/7/13

Compras para la cuenta atrás

Hola!!
Esta semana es la de la cuenta atrás.
El miércoles empezaré la dieta líquida así que el sábado fuimos a cenar fuera (al restaurante de la foto, que es un local modernista de principios del siglo XX, diseñado por Puig i Cadafalch y que restauraron hace pocos años), el domingo hice un homenaje de comida y mañana he quedado con unos amigos. Tengo que empezar la dieta con fuerza, ja, ja!



Hoy he ido al supermercado a comprar algunas cosas que quiero llevarme al hospital y que no tenía: ambientador para la habitación (por lo de los gases... nadie lo explica pero me imagino que se deben expulsar de la forma habitual...), toallitas húmedas, pañuelos de papel (casi he acabado las reservas porque justamente esta semana me he resfriado). Del resto de productos de higiene tengo suficiente cantidad, así que no hará falta comprar más.
Lo que sí he comprado son recipientes herméticos porque el fin de semana hice caldo para congelar. Bueno, lo necesitaré para estas dos semanas de líquidos pero también pienso hacer más en previsión del post-operatorio. Como mi familia vive fuera (bueno, en realidad soy yo la que no vivo en mi terruño), tengo que apañármelas yo sola (y con mi pareja, pero a él el tema comidas casi que no).
También compré unas Crocs, hace unas semanas, porque leí que muchas de vosotr@s las recomendábais para después de la operación. Yo me las probé el sábado para ver que tal iban y la verdad es que son cómodas pero también algo calurosas. Quizás en invierno van mejor pero ahora... pero bueno, como las tengo, pues las utilizaré.
Hoy también he ido a la ortopedia para el tema de la faja y me retocarán la más pequeña. Me han dicho que de cada vez operan a gente menos voluminosa. Me he sentido hasta delgada ;-)) La semana que viene voy a recogerla. ya le haré una foto para veáis qué tal es. Me la han puesto y hasta me he encontrado cómoda con ella, ja, ja.
Bueno, ya os explicaré cómo va eso de la dieta líquida, brrrrrrrrrrrrr
Un saludo